Con un compromiso conciente con el mundo, una realidad de pobreza, siendo nuestra verdadera cruz de hoy; plasmo una vision distinta sobre un cristo tan representado por otros artistas. Un cristo mas humano, de una raza mestiza, basando mi paleta en tonos ocres y lacas alizarinas. Un sufrimiento clave pero vencedor de la carne señala un cuerpo suspendido, sin clavos pero sangrante, ya crucificado pero con una divinidad absoluta.
Sobre la derecha abajo lo terrenal, con mirada culpable y dudosa, sosteniendo esa cruz que todos cargamos, es el hombre de hoy representado como tal, con delantal de trabajo.
En el extremo superior la Pureza, la fuira de un Dios que oscurece el cielo con tormentas transformandose en la esencia mas pura de las flores blancas (Liciandrum), con pasajes de una paleta completa de verdes , amarillos , ocres, azules , grises y negros; siendo éste la oscuridad total de una crucificción errónea.
La creación de la nueva Eva es una ideología en la que Dios crea un nuevo Adán (Cristo) y de una costilla (la herida que genera la lanza del soldado romano) pasa a dar creación a la nueva Eva, que es la Iglesia Católica, nuestra Fé.
Dolor , Carne , Pureza y Divinidad.
Oleo sobre tela
180 x 120 cms
Maximo Arias Valente
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